Las costumbres, los modales y en
general la manera de pensar y de actuar se transmiten de padres a hijos, lo que
nosotros les enseñemos a nuestros hijos hoy es lo que van a hacer mañana y el
ejemplo que les demos será determinante en las decisiones que ellos tomarán a
lo largo de sus vidas. Esto no es nada nuevo, lo sé, sin embargo pienso que no
nos ponemos a meditar sobre la trascendencia de este hecho.
Queremos que se acabe la corrupción,
pero casi nadie estamos dispuestos a dejar de sobornar a las autoridades para
que nos perdonen el exceso de velocidad o nos agilicen un trámite, y siempre
nos justificamos para hacerlo.
Queremos una ciudad limpia, pero que
la limpie el gobierno, ¿para que pagamos impuestos?, nosotros seguimos tirando
basura en la calle.
Queremos más seguridad, pero nos
molestamos si nos detiene un reten para revisar nuestro automóvil, y no estamos
dispuestos a cooperar con las instituciones que tratan de dar un hogar a los
niños de la calle para que no se conviertan en nuestros futuros delincuentes.
Queremos formalidad, puntualidad y
calidad en los servicios que recibimos cuando a veces nosotros somos
informales, impuntuales y mal hechos.
Queremos que los demás respeten las
leyes de tránsito, pero cuando tenemos mucha prisa nos pasamos el alto.
Esta idiosincrasia que tenemos los
latinoamericanos en general de exigir mucho y dar poco se transmite de padres a
hijos y si queremos algún día ser país de primer mundo tendremos que enseñar a
nuestros hijos con el ejemplo, dar mucho para poder exigir.
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Posted: 16 Jun 2014 10:18 AM PDT
OOOOOOOOOOOOOOO
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