Rosal engalanado y bendecido, aroma de virtudes olorosas, arcádico vergel, dulce, florido de savia virginal que emana rosas.
Rosal, el más temprano amanecido, divina fue la mano plantadora, capricho celestial que buscó nido a la naciente vida, tierna aurora.
Bondad hay en tus pétalos amantes, amor en tus corolas doloridas, pesar en tus espinas suspirantes.
Divina creación, Gracia de flores, quisiera en tu dosel posar mis rosas, para libar de Ti bellos colores.
Blanca María Alonso Rodríguez
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