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PASOS EN LA NIEBLA
Un viaje a contraluz del pensamiento
al lóbrego universo de la bruma.
HIJO, ME DUELES Y TE ESPERO
A la orilla del alba, amor, te
espero
como al sol redentor de las tinieblas, crepúsculo con lluvia en mis ojos cegados por la visión feliz perdida en la vorágine del mundo.
Me dueles
en el hueco vacío de mi entraña. Arrancaron tu néctar con los fórceps brutales de una nefasta moda; experiencia suicida que te empuja al ocaso, al paraíso-puerta del infierno.
Abrasas
tus alas invencibles en mortecinas perfumadas velas que incineran laureles; pasaje a un mal futuro por un presente absurdo y alevoso.
Me dueles
cuando veo los surcos violáceos de tus ojos y la blanca ceniza de tu piel, cuando vuelves ajado de explorar los siniestros rincones de la orgía y traes en la mirada los negros recovecos de la noche.
Suplico
que la armonía pueble tus íntimas moradas, que no te arrase el viento enfebrecido y en el turbión te ahoguen cenagosas corrientes, que el plazo no se acabe y te destruya.
Me dueles y te espero a la orilla
del alba.
Veo al sol levantarse indiferente tras los enormes bloques insensibles; deseo que se eleve tu sensitivo sol y su luz permanezca en tu camino. |
IOIOIOIOIOOIOIIOIOIOIOIOIOIOIOIOIOOIIO
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