Están los corazones inteligentes, los corazones
ordinarios, los groseros, mezquinos, de pocas luces, híbridos, hediondos, con
sarro.
Los corazones arvejitas, los corazones hígado de pato.
Los que se
hacen la mosquita muerta, duermen la siesta, te observan de reojo y despiertan
cantando como locos.
Están los corazones que no te verán nunca jamás, los que
te vieron y no viste, espiando, la ñata contra el vidrio.
El corazón
estreñido, el corazón bofe, de pompa y circunstancia, corazón de lo que el
viento se llevó.
Los puro cuore, purapinta y nada más que blablablá.
Los
flor de ceibo, de morondanga y de madera terciada.
Los corazones mersa y
murga, el corazón de querer y no poder,
corazón mitómano y bífido.
Hay
corazones en remojo de vinagre, oporto y en champagne, corazones que te traen
yeta y que los parta un rayo,
corazón donde estás y 'por qué dejaste sola
a la pobre Lu'
corazones arrugados y almidonados
corazones que más
vale perderlos que encontrarlos
corazones al bies y en falsa
escuadra.
Corazones oro, plata, platino y mucha esmeralda.
Corazones que
te pasan factura,
corazones fuente de Juvencia
y gloria de Dios al
anochecer en Galilea.
Corazones cenicientos, nomeolvides
Dama de
corazones, corazonadas aceptar.
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