MELODÍA TRASCENDENTAL
Allegro que destierra
secanos de camelia y de ciprés,
umbría soledad, esperanza violeta,
estanque de nostalgias…
Sucesión ordenada de sonidos,
acordes afinados.
Esparcimiento pleno de vida que se mece
en un compás de menta, de alabastro, de jade,
de coral y esmeralda.
El adagio y el scherzo que sugieren
escanciar el aroma de las flores
en la copa furtiva de las horas pasadas.
Impregnan el vacío que alienta entre las ruinas.
Es un momento estático
en el ritmo febril de las estrellas,
en la irreal quietud.
Revive la memoria
del oscuro destino que se acaba
en umbral de misterio.
Un allegro finale se eleva, brota
como fuente sonora en la sequía.
Intemporalidad que surge y se derrama
en espiral de fuego, de salvaje humedad,
en palmeras y nardos.
Túnicas transparentes de aire y luz
sobre la desnudez que se dibuja
en alas de sensual ofuscación.
Las magnolias esparcen su mensaje
y un rojo paraíso
de uvas frescas y néctar hechicero
llenan la realidad de fantasía.
Cesó la melodía, el piano se cerró.
Marchitas buganvillas, arrayanes dormidos
y un silencio mortal, forman el escenario.
Perfiles de la luz aclaran el ambiente
dibujando desiertos en los ojos.
Es la belleza de la destrucción
cuando el sueño traspasa la barrera
y acrecienta una herida.
El piar de los pájaros, el ulular del viento,
el gemido del mar,
con su cuerpo de espuma que se esparce
sobre la arena cálida, llaman desde el origen.
Es un eco de eterna excelsitud.
Nada se crea o muere, no hay principio ni término.
Volverá el gotear
melodioso de notas en el piano
con el compás que marca los destinos.
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miércoles, 18 de marzo de 2015
MELODÍA TRASCENDENTAL
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